Un auto nuevo y gris, con jefe y puta incluidos, se confunde con el asfalto y la noche en retirada del lugar, y encandila a un camión viniendo a más de 150 km en la hora. Ambos ignoran el sentido del otro, son tan sólo un estorbo en su camino, un sin-sentido más. La violencia es siempre del otro, es el no ser, es un choque entre cuerpos, una colisión. Por donde pasó un camión no puede quedar vida alguna, toneladas impositivas que deben pasar por ahí y no por otro lugar.La muerte es sólo imposición, felicidad.